martes, 4 de diciembre de 2012

Amorea mortuus sum

Naces liberando tensiones, rompiendo corazones, cambiando el mundo por un momento. Surcando los mares del tiempo atraviesas el plano del viento. Intensificas tu efecto con cada lágrima que cae al suelo. Sin embargo en la distancia tus secuelas van desapareciendo, tu dibujo decayendo, suavizando su movimiento, desapareciendo en muy poco tiempo.
De ser el motivo y consecuencia de mi dolor a considerarte lo mejor. Admito que ya no estás a mi lado pero, ¿qué pasaría si regresaras? Porque sé, qué aunque imperceptible, deseas encontrar en tu corazón una sola ocasión, un solo porqué, un sólo impulso para volver junto mí.

Hola, te amo.


sábado, 1 de diciembre de 2012

Te dije adiós y tú hasta nunca

Cada  día  tus  palabras  me  enamoraban  y  enloquecían.
Habías empezado a crear mi presente y mi alegría. Sin embargo con el paso del tiempo abandonaste tus risas para convertirlas en  desconsuelos. Esas últimas semanas en las que no sabías si hablar o callar. Y optaste por callar... Te preocupaba más la gente, que tus propios sentimientos.
Volvimos a hablar, sí, pero ya no estabas igual. La fluidez de tus palabras se había esfumado, y la derrota te había enloquecido. En tus manos quedó mi futuro. Y fue aquella noche cuando lo zanjaste. 
Como siempre, yo me despedí con un “Adiós” pero tú lo hiciste con un “Hasta nunca”. Y como humo que se lleva el viento, tu dibujo se evaporó de mi mapa como por arte de magia. Lástima que no se llevara consigo los pedazos de mi corazón.


I miss you everyday

martes, 13 de noviembre de 2012

Tu voz pide auxilio

Al fondo del pasillo se oye un oscuro ruido. En mi cabeza resuena el eco de tus latidos. Mis labios han enmudecido y el espíritu aún se halla dormido. Será alguna farsa de mis oídos que en mitad de la noche han resurgido vivos. Hoy es martes trece, mas mi mente ya ha asumido que será un día de mala suerte. Los gritos regresan, son tus labios quienes los enuncian. Mas mi cuerpo no responde por más que lo intento. Tu voz rota pide auxilio. ¿Qué haces cuerpo mío? ¡¡Reacciona!! Eres su única esperanza, no dejes que caiga. No fue su culpa que te enamoraras...


lunes, 12 de noviembre de 2012

Cada palabra es una palabra de más

Mucha gente me pregunta, cómo soy capaz de escribir
estas cosas. Es tan fácil de comprender como difícil de traducir. Supongo que todo reside en esa vieja libreta donde escribo, corrijo, tacho o elimino, cada día de mi vida. Ese gran momento en el que la tinta fluye por el papel con ansia de ser libre. Ahí se crearán letras, palabras y oraciones desatadas. Ahí se hallará mi vida resumida, en situaciones de cada día. Lo que comenzó siendo un medio para expresar lo que sentía y desatarme de estas venenosas cadenas, se fue convirtiendo dulcemente en mi libertad. 



domingo, 11 de noviembre de 2012

Soñar que la distancia ya no está


“Distancia” Esa palabra que representa el espacio entre tú y yo. Ese vocablo creado para arruinar mi soledad.     Para hacerme preguntar, ¿cuántos segundos han de pasar para tenerte? Para asumir dormido que un día te irás, que nuestras almas se distanciarán más y más, hasta repetir de nuevo el ciclo de la vida. Para soñar despierto que la distancia ya no está. Para soñar dormido que el destino nos volverá a juntar.


sábado, 10 de noviembre de 2012

Estrella cegadora


Un día el destino llamó a mi puerta, y sin tan siquiera saberlo, la encontró abierta. Durante años los buenos momentos fueron pasando sin ser aprovechados, y mientras, yo como un tonto, te dejaba de lado. Pero al fin llegó la ocasión de despertar, cerrar la puerta y no dejarte escapar. Como un iluso, me hiciste creer que eras de otro planeta, y yo solo una herida puñetera. Sin embargo tú no eras ningún planeta, ni yo pedazos de piel muerta. Ya lo entiendo todo... Yo soy ese mundo entre vacíos, mientras que tú, la estrella que ilumina mi camino.


jueves, 25 de octubre de 2012

Injusta bendición


En este mundo cada respuesta es una nueva pregunta. Responder no siempre es posible, pero todas tienen una respuesta. Yo cada día me pregunto, ¿por qué te quiero? ¿Por qué llegué esto? Quién sabe, a lo mejor fue ese momento en el que provoqué tu risa por alguna de mis locuras. Algún efímero instante, en el que deparaste en mí, para ya nunca salir. Un punto de partida que logró ser el final de mis días y casi sin querer llevar al camino de la melancolía. Ay... Cuántas horas vendrían después pensando en aquella mirada. Pese a todo, tengo que continuar y olvidarte, esto nunca será posible. A veces querer no es lo más importante aunque por ti lo daría todo. Admito que no sé qué hacer, después de caer en mí,   la maldición de Lucifer.

Injusta bendición