martes, 13 de noviembre de 2012

Tu voz pide auxilio

Al fondo del pasillo se oye un oscuro ruido. En mi cabeza resuena el eco de tus latidos. Mis labios han enmudecido y el espíritu aún se halla dormido. Será alguna farsa de mis oídos que en mitad de la noche han resurgido vivos. Hoy es martes trece, mas mi mente ya ha asumido que será un día de mala suerte. Los gritos regresan, son tus labios quienes los enuncian. Mas mi cuerpo no responde por más que lo intento. Tu voz rota pide auxilio. ¿Qué haces cuerpo mío? ¡¡Reacciona!! Eres su única esperanza, no dejes que caiga. No fue su culpa que te enamoraras...


lunes, 12 de noviembre de 2012

Cada palabra es una palabra de más

Mucha gente me pregunta, cómo soy capaz de escribir
estas cosas. Es tan fácil de comprender como difícil de traducir. Supongo que todo reside en esa vieja libreta donde escribo, corrijo, tacho o elimino, cada día de mi vida. Ese gran momento en el que la tinta fluye por el papel con ansia de ser libre. Ahí se crearán letras, palabras y oraciones desatadas. Ahí se hallará mi vida resumida, en situaciones de cada día. Lo que comenzó siendo un medio para expresar lo que sentía y desatarme de estas venenosas cadenas, se fue convirtiendo dulcemente en mi libertad. 



domingo, 11 de noviembre de 2012

Soñar que la distancia ya no está


“Distancia” Esa palabra que representa el espacio entre tú y yo. Ese vocablo creado para arruinar mi soledad.     Para hacerme preguntar, ¿cuántos segundos han de pasar para tenerte? Para asumir dormido que un día te irás, que nuestras almas se distanciarán más y más, hasta repetir de nuevo el ciclo de la vida. Para soñar despierto que la distancia ya no está. Para soñar dormido que el destino nos volverá a juntar.


sábado, 10 de noviembre de 2012

Estrella cegadora


Un día el destino llamó a mi puerta, y sin tan siquiera saberlo, la encontró abierta. Durante años los buenos momentos fueron pasando sin ser aprovechados, y mientras, yo como un tonto, te dejaba de lado. Pero al fin llegó la ocasión de despertar, cerrar la puerta y no dejarte escapar. Como un iluso, me hiciste creer que eras de otro planeta, y yo solo una herida puñetera. Sin embargo tú no eras ningún planeta, ni yo pedazos de piel muerta. Ya lo entiendo todo... Yo soy ese mundo entre vacíos, mientras que tú, la estrella que ilumina mi camino.