Duermes cada segundo sin un deseo, sin un rumbo. Callas para que nadie
conozca lo tuyo. Te ciegas en palabras que después no pronuncias porque temes
que pase algo, que pase algo profundo. Todo para ti es oscuro. Incluso vivir. Y
yo te pregunto entonces, ¿por qué continuas?
Tienes miedo, miedo a que algo salga
mal, mal como todo lo que has hecho en tu vida. Eres un simple cobarde,
asúmelo. Siempre lo fuiste. Siempre enseñaste algo que no eres, que no tienes,
que es una vida.
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