martes, 23 de octubre de 2012

Me diste la espalda

No te culpo, fui yo el culpable.
Ayer todo parecía encajar. Entre tú y yo logramos la perfecta dualidad. Mi noche auguraba luces de esperanza que al fondo se alzaban llenas todas. Sin embargo me diste la espalda sin aviso. Mi suerte había desaparecido, y aquellos instantes de silencio que tanto miedo me dieron, regresaron en el peor momento. Al final recibí mi merecido sin merecer castigo, aunque castigado por mi ingenuidad palpé el suplicio.

Me diste la espalda

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