viernes, 14 de diciembre de 2012

Morir día tras día.


Entraste como un rayo de luz, como un aire encantador, liberando con tu hechizo a mi encerrado corazón. Nunca pensé que eso que llamaste amor, sólo fuera ficción. Que en mi cara te reflejaras sólo mediante risas desojadas, mientras  estabas   de  nuevo   huyendo   sin   un   adiós,
acurrucándote en sus brazos y sin decir qué debo hacer yo. Intuyo que siempre fui el que nada pintó ahí o el que tachaste por imbécil. Pero dime de una vez qué hago yo ahora con mis labios que me ruegan tus besos, qué hago con mis manos que suplican tu regreso, que hago con mis noches y días, que hago con tu alma que se aferra a la mía. Y sobretodo, ¿para qué quiero la vida si únicamente me sirve para morir día tras día? Porque vale, admito que he cambiado, que ya no estoy igual, pero tú tuviste toda la culpa por enseñarme a amar.


2 comentarios:

  1. no dejedes d amar,eso es lo q tienes q hacer...no dejar de sentir y de escribir sobre todo ehh jaja :) vecinillo

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