Te necesito a ti. Sí, a ti. Tú que estás leyendo esto sin ni siquiera
conocerme. Tú eres la causa de todas mis preocupaciones, tú que miras esto una
y otra vez. Me dices que todo es muy bonito, pero sabes que no es verdad. Cada día escribía en aquella vieja libreta las penas que padecía para después escribirlas aquí. Todos los días
me destruía con cada palabra que ponía y todo por liberar a esta sombra
perdida. Pero a partir de este momento, aquí no verás escrita pena alguna. Porque
son demasiados meses sumergido en la melancolía. En este fastuoso año necesito
recuperar energías y ya tengo la fórmula.
Risas y alegrías.
Risas y alegrías.