Eso ya no va conmigo. Gracias a las tijeras del destino se
cortó el cable que nos unía. No se puede ignorar al presente, y él ya golpeó
con fuerza sobre la mesa. Nada salió como planeamos, pero ésa es la magia de la
vida. Por la mañana todo parecía perfecto, por la tarde se desvaneció tal
afecto. Saliste corriendo con espanto en tus ojos y ansiedad en el rostro. No
fue mi intención pero así sucedió. Aún estás a tiempo de perdonarme y construir
de nuevo los muros de la ilusión, pero no esperes más de este inocente corazón.
Ahora me toca sonreír a la vida misma que 473 días son demasiado tiempo.
Salta, grita, y estalla con todo lo
que guardabas. Vuela atravesando ánimas muertas y por una vez sé tú quién rompa
las reglas. Hazlo por ti, por mí, por todos, pero explota de una vez con la
fuerza de un volcán irradiando muecas de felicidad. El dolor y la pasión ya no
son la razón por la que luchar, ahora tienes cosas más importantes en las que
pensar. Olvida el pasado y vive el presento como si no hubiera futuro. Ríete de
la vida, e ilumíname el rostro con el brillo de tu sonrisa. Yo también merezco
un poco de tu alegría después de caminar tanto tiempo al filo de la
hipocondría.
Entraste como un rayo de luz, como
un aire encantador, liberando con tu hechizo a mi encerrado corazón. Nunca pensé que eso que llamaste amor, sólo fuera ficción. Que en mi cara te reflejaras sólo mediante risas desojadas, mientras estabas de nuevo huyendo sin un adiós,
acurrucándote en sus brazos y sin decir qué debo hacer yo. Intuyo que siempre
fui el que nada pintó ahí o el que tachaste por imbécil. Pero dime de una vez qué hago yo ahora con mis labios que me ruegan tus
besos, qué hago con mis manos que suplican tu regreso, que hago con mis noches
y días, que hago con tu alma que se aferra a la mía. Y sobretodo, ¿para qué quiero la vida si únicamente me sirve para morir día tras día? Porque vale, admito que he cambiado, que ya no estoy igual, pero tú tuviste toda la culpa por enseñarme a amar.
Naces liberando tensiones, rompiendo corazones, cambiando el
mundo por un momento. Surcando los mares del tiempo atraviesas el plano del viento. Intensificas tu efecto con cada lágrima que cae al suelo. Sin embargo en la distancia tus secuelas van desapareciendo, tu dibujo decayendo,
suavizando su movimiento, desapareciendo en muy poco tiempo.
De ser el motivo y consecuencia de mi dolor a considerarte lo mejor. Admito que ya no estás a mi lado pero, ¿qué pasaría si regresaras? Porque
sé, qué aunque imperceptible, deseas encontrar en tu corazón una sola ocasión,
un solo porqué, un sólo impulso para volver junto mí.
Cada día tus palabras me enamoraban y enloquecían.
Habías empezado a crear mi presente y mi alegría. Sin embargo con el paso del tiempo abandonaste tus risas para convertirlas en desconsuelos. Esas últimas semanas en las que no sabías si hablar
o callar. Y optaste por callar... Te preocupaba más la gente, que tus propios sentimientos. Volvimos a hablar, sí, pero ya no estabas igual. La fluidez de tus palabras se había esfumado, y
la derrota te había enloquecido. En tus manos quedó mi futuro. Y fue aquella noche cuando lo zanjaste. Como siempre, yo me despedí con un “Adiós” pero tú lo hiciste con un “Hasta nunca”. Y como humo que se lleva el viento, tu dibujo se evaporó de
mi mapa como por arte de magia. Lástima que no se llevara consigo los pedazos de mi corazón.
Al fondo del pasillo se oye un oscuro ruido. En mi cabeza
resuena el eco de tus latidos. Mis labios han enmudecido y el espíritu aún se halla
dormido. Será alguna farsa de mis oídos que en mitad de la noche han resurgido vivos.
Hoy es martes trece, mas mi mente ya ha asumido que será un día de mala suerte.
Los gritos regresan, son tus labios quienes los enuncian. Mas mi cuerpo no
responde por más que lo intento. Tu voz rota pide auxilio. ¿Qué haces cuerpo
mío? ¡¡Reacciona!! Eres su única esperanza, no dejes que caiga. No fue su culpa
que te enamoraras...
Mucha gente me pregunta, cómo soy capaz de escribir
estas cosas. Es tan fácil de comprender como difícil de traducir.
Supongo que todo reside en esa vieja libreta donde escribo, corrijo, tacho o
elimino, cada día de mi vida. Ese gran momento en el que la tinta fluye por el
papel con ansia de ser libre. Ahí se crearán letras, palabras y oraciones
desatadas. Ahí se hallará mi vida resumida, en situaciones de cada día. Lo que comenzó siendo un medio para expresar lo que sentía y desatarme de estas venenosas
cadenas, se fue convirtiendo dulcemente en mi libertad.
“Distancia” Esa palabra que representa el espacio entre tú y yo.
Ese vocablo creado para arruinar mi soledad. Para hacerme
preguntar, ¿cuántos segundos han de pasar para tenerte? Para asumir dormido que un día te irás, que
nuestras almas se distanciarán más y más, hasta repetir de nuevo el ciclo de la
vida. Para soñar despierto que la distancia ya no está. Para soñar dormido que el destino nos volverá a
juntar.
Un día
el destino llamó a mi puerta, y sin tan siquiera saberlo, la encontró abierta. Durante
años los buenos momentos fueron pasando sin ser aprovechados, y mientras, yo como
un tonto, te dejaba de lado. Pero al fin llegó la ocasión de despertar, cerrar
la puerta y no dejarte escapar. Como un iluso, me hiciste creer que eras de
otro planeta, y yo solo una herida puñetera. Sin embargo tú no eras
ningún planeta, ni yo pedazos de piel muerta. Ya lo entiendo todo... Yo soy ese mundo entre vacíos, mientras que tú, la estrella que ilumina mi camino.
En este mundo cada respuesta es una nueva pregunta. Responder no
siempre es posible, pero todas tienen una respuesta. Yo cada día me pregunto, ¿por
qué te quiero? ¿Por qué llegué esto? Quién sabe, a lo mejor fue ese momento en
el que provoqué tu risa por alguna de mis locuras. Algún efímero instante,
en el que deparaste en mí, para ya nunca salir. Un punto de partida que logró ser
el final de mis días y casi sin querer llevar al camino de la melancolía. Ay...
Cuántas horas vendrían después pensando en aquella mirada. Pese a todo, tengo
que continuar y olvidarte, esto nunca será posible. A veces querer no es lo más
importante aunque por ti lo daría todo. Admito que no sé qué hacer, después
de caer en mí, la maldición de Lucifer.
Ayer todo parecía encajar. Entre tú y yo logramos la perfecta
dualidad. Mi noche auguraba luces de esperanza que al fondo se alzaban llenas
todas. Sin embargo me diste la espalda sin aviso. Mi suerte había desaparecido,
y aquellos instantes de silencio que tanto miedo me dieron, regresaron en el
peor momento. Al final recibí mi merecido sin merecer castigo, aunque castigado
por mi ingenuidad palpé el suplicio.
Mira, ¿sabes qué?
Puede que mi amor no sea el mejor, ni el más inteligente. Tal vez sea un amor
tonto e inmaduro, pero es todo tuyo. Te amo porque lo siento, porque no puedo
evitarlo, porque no puedo controlarlo. Sólo has de mirar la cara que se me
queda cuando me hablas, la sonrisa tonta al verte, el pensamiento de que sólo
existes tú. Resumirlo todo en una palabra es imposible. Sólo serían letras sin ningún significado. Supongo que para mí no existe una forma de explicar lo que padezco por ti. Sólo importa que anhelo
quedarme a tu lado para siempre, cumplir todos esos sueños que un día planeamos juntos y acabar lo que un día prometí no volver a
hacer.
Me siento triste,
porque creo que lo estoy haciendo mal. Quizá mi falta de experiencia está
jugando en mi contra, yo que siempre quise que todo saliera bien, que lo único
que intenté sacarte, fueron sonrisas y no molestias o malestar. Tal vez sí
tenías razón cuando decías que estabas mejor antes de haberme conocido. No
sabes cuánto me duele tener que escucharlo, pero no puedo hacer nada al
respecto. Supongo que te entiendo. Sólo perdóname por no ser el mejor del
mundo, soy humano y como todos, cometo errores. A lo mejor hay cosas que no
hago ni haré, cosas que no digo ni diré, momentos en los que no estaré... pero yo
no soy como la gente quiere, yo seré lo tú quieras que sea.
Algunas noches, aguardo a que venga mi mala suerte,
otras noches, quedamos en empate. Algunas noches deseo que mis labios pudieran alzar un castillo, otras noches me gustaría verlo caer.
Pero despierto, y aún veo tu fantasma, oh, Señor, todavía no sé lo que significa esto. ¿Qué representa? ¿Qué es lo que significa? La mayoría de las noches no lo sé.
Chicos, esto es la guerra, ¿a qué estamos esperando? ¿Por qué no rompemos las reglas de una vez? Nunca fui el único que exageraba, excepto para el blanco y el negro. Intento ser el doble de duro pero no me hace feliz, y ahora vienen de nuevo a robarme mi personalidad.
Eso a veces está bien. Pero esta noche encontré un mártir en mi cama, y mis huesos quedaron paralizados cuando me preguntó quién soy. ¿Quién soy yo? (Sólo soy un mártir)
Algunas noches desearía que todo esto acabara, poder cambiarme por alguno de mis amigos. Otras noches tengo miedo de que me olvides de nuevo, a veces siempre se cumplen mis deseos.
Pero despierto, y aún veo tu fantasma. Oh, Señor, todavía no sé lo que significa esto. ¿Qué representa? ¿Qué es lo que significa? La mayoría de las noches no lo sé.
¿Esto es todo? ¿Vendí mi alma para esto? ¿Lavé mis manos para esto? ¿Echo de menos a mi familia para esto?
No!! Cuando veo estrellas, me convierto en ellas. Cuando escucho una canción, soy un cisne negro. Pero no hay tiempo para el desánimo. Así que vamos. Oh, vamos...
Chicos, esto es todo. Cinco minutos con esto y ya estoy aburrido. Hace diez años que me pasa. No estoy seguro si alguien me entiende. No soy de los que se quedan en casa, me duele irme, pero tenía que ir. ¿Quién demonios querría morir solo y seco, a merced del sol del desierto?
Mi corazón se rompe por mi hermana y el convicto que llama “amor”. Pero cuando miro a los ojos de mi sobrino... Oh, no sabes las cosas que puedes aprender de algunas vidas horribles.
No creerás el sueño que tuve sobre nosotros la otra noche. Aunque yo te llamaba, tú huías. Fue mejor que no me oyeras. Menos mal que había distancia.
Hace tiempo creé
una historia donde tenía todo lo que anhelaba, menos una cosa. Al principio
todo iba muy bien, pero el recuerdo llegó y con él todo dejó de tener sentido.
Esa historia no estaba hecha para mí. Quizás el dinero, la fama, la salud o la
inteligencia solucionen muchas cosas en la vida de una persona, pero si no
encuentras un motivo por el que levantarte cada día, es mejor no vivir. Yo ya
encontré el mío. Suena un poco exagerado pero si quieres a alguien como lo hago
yo, todo vale la pena. Ya pasaron los días tristes, las malas caras o la rabia
de no ser feliz. Desde ese día que te conocí todo es perfecto. Ya no quiero ni
dinero, ni fama, sólo quiero tener salud para estar a tu lado hasta el final de
nuestros días. Sé, que esto que siento no es casualidad, que nunca acabará.
Anhelo
coger tus manos, besar tus labios, sentir tu aliento, rozar tu pecho o darte un
beso cuando te veo, aprovechar el momento y hacer que parezca eterno. Sólo lo anhelo.
Vamos
a bailar un vals. Estrecha tu cuerpo contra el mío, sigue mi ritmo. Suavemente
mi mano fluye por tu pierna acariciando su contorno, encontrando un perfil sin
fondo. Abres tus brazos y buscas mis manos. Mientras yo, camino con mis dedos por tu espalda, sujeto tu cuerpo y vuelas como un hada. Dar vueltas sin control, dejar volar la imaginación. No toques el suelo más, deja que te coja para no soltarte ya. Creo que este baile nunca acabará.
Empieza
el viaje con la persona de mi alma. Camino al cielo azul, al mar en calma, a un
paraíso que ya extrañaba. Lo que en sueños deseaba en unas horas se cumplirá.
De nuevo aquella libertad que un día llegamos a palpar pero que nunca dejamos de
olvidar.
Esto es sólo el principio de
algo. Eres la sensación que enloquece desde dentro, que crea un vicio eterno. La
causa de este algo que un día se convirtió en todo. El todo que nadie de este lugar
llamado mundo podrá superar. Ahora no lloraré ni sufriré pero sí enloqueceré si
abro los ojos y ya no estás. Si me dices que no me quieres o te vas. En tus
labios quiero leer; te amo, eres mi todo, eres algo más que un amigo, algo más
que un hermano, algo más que un suplicio. Sólo quiero oírte decir te amo.
No sé qué haré cuando llegue el momento en el que no pueda soportar
más esto. Quizás jamás vuelvas a saber de mí, o tal vez cometa la locura de ir
hacia ti. No, no es amor lo que siento. Son demasiados sentimientos, y me están
volviendo loco... Te quiero, me gustas, me conmueves, me enfadas,
me diviertes, me ilusionas, me haces falta, pero no sé cómo confesártelo.
Con cada charla que tenemos me confundes e ilusionas más. Pintas las
cosas demasiado fáciles, aunque no lo son. Crees salvarme con tus ánimos para
conquistar a esa persona. Pero esa persona tan especial eres tú. Unas letras
escritas bastarían: TE QUIERO, serían. Muchas veces he pensado en olvidarte, ¿pero
cómo hacerlo? ¿Cómo superar tu ausencia? ¿Cómo poder dejarte, si ni siquiera te
tengo? Eres todo y nada para mí.
Te voy queriendo a diario, sin una ley sin un horario. En cada
charla parezco sentir un poco más de esto que no se explicar; y me doy cuenta
que en ocasiones tú tampoco sabes disimular.
Te mueres por suplicarme que no me vaya de tu vida.
Yo me consumo al no decirte, que ya eres parte de la mía. Me duele aceptar que mi felicidad no existe si
tú no estás,
pero ni una fracción de ti he logrado palpar,
y mucho menos tus labios besar.
Así que... ¿para qué esperar más?
No quiero compartir tus labios ya,
sólo quiero abrazarte una vez más.
Desde que te conocí mi vida tiene sentido, ahora que te perdí me siento peor de lo que nunca me había sentido. Siento el frío que me causaste y el calor que me dejaste. Pero no sabes lo que siento a pesar de ser mi escarmiento. Vivo en mis días y pienso en las noches. Descanso en un manto de dolor y me arropa una gran decepción. Tal vez estoy cansado o deseoso de tu amor, lo único que me importaba, ahora perdió la razón. Si ya me enamoré una vez, ¿por qué no volverlo a hacer?
En estos momentos, tú eres la noche
y yo el día. Placer oculto que espera acechante tu llegada para tenderte sobre mí.
Para hacerme desaparecer a la misma hora, con la misma fuerza, en nuestrainfinita rutina. Todas y cada una de esas noches pienso en ti. Soy tu presa y no opondré fuerza alguna a tus encantos. Llévame, llévame a mí. Donde quieras. Soy todo tuyo. El día
puede esperar unas horas más al amanecer.
Estos días han sido difíciles. Momentos en los que cada palabra debía ser estudiada antes de ser hablada. Dos hemisferios totalmente opuestos se abrían ante mis ojos y tocaba escoger uno de ellos. Tenerte o perderte para siempre. Me vuelve loco tener que elegir, pero tengo que hacerlo por nuestro bien. Una lista de pros y contras se alza ante mí aún por escribir. El tiempo y la distancia me da la oportunidad de pensar qué poner, aunque ello implique dormir menos, salir menos, pensar más o creer en lo imposible...
Espero no equivocarme de nuevo.
Pero no hay distancia más grande que tú, ni pasos a los que nunca llegar. Sólo quedan inútiles proyectos en los que no sé si quiero estar. Mas tu nombre nunca pasará de largo, porque podré ser la persona más tonta, pobre o fea, pero siempre te querré. Y ojalá que si te pierdo y olvido sólo sea durante pesadillas, porque mi verdadera ilusión vive en tenerte y jamas dejar de verte. Y sólo con eso, me harías la persona más feliz del mundo. En ese momento, todos mis ruegos se habrán hecho realidad y ya nada nos podrá separar.
El cielo se enfurecía súbitamente y lo que aparentaba una notable
calma en realidad enmascaraba la más cuantiosa e inesperada tormenta. El agua
empezó a desmoronar el aire y las calles eran duchas sin principio ni final. No obstante, a lo lejos, una luz iluminó la noche. Surgida entre nubes de lino, nacida
por lucha de dioses y encarnada en energía, sembró el pánico de quien la
contemplaba. Algunos la llaman “rayo” otros “relámpago” pero todos temen oír su nombre. Sus chispas eran fulgores que se extendían como raíces instantáneas
y sus destellos alcanzaban kilómetros de distancia.
Empapados de arriba a abajo por las fuerzas perfectas de la naturaleza, sólo nos quedaba una cosa por hacer; disfrutar como niños bajo la lluvia.
Hace unos días me preguntaron que en qué me fijo para juzgar a una persona cuando la veo por primera vez. La mayoría de la gente respondería que en su forma de ser, sin embargo también la mayoría desconoce el verdadero significado de ésto. En primer lugar no es lo mismo la forma de ser que el carácter, ya que el carácter son generalmente las características que definen a la persona, mientras que la forma de ser consiste en la forma en la que las personas tienden a conducir sus sentimientos y expresarlos de algún modo, ya sea directamente; con el habla, por escrito o incluso indirectamente mediante los gestos y acciones, que al ser realizados inconscientemente, plasman de la forma más perfecta nuestro estado de ánimo. Con ello además estructuro que toda personalidad es completamente irrepetible, lo que ayuda a que en cada situación las personas reaccionen de forma distinta. Con ello pretendo concienciar, diciendo que una misma persona puede ser la más risueña frente a sus amigos y a la vez mostrar desconfianza con gente no conocida, o incluso haber pasado por un mal día y reflejar antipatía incluso a las personas más allegadas. Y no por ello debemos juzgarla sin conocerla más a fondo.
Esperanza de encontrarte a la sombra y lograr ser tu luz. Esperanza de encontrarte sin rumbo y convertirme en tu mapa. Esperanza de encontrar dormida tu alma para poder formar parte de tus sueños. Esperanza de encontrarte al despertar y verme reflejado en tus ojos. Esperanza de encontrarte algún día a mi lado y poder mirarte, palparte y besarte. Esperanza de que sientas lo que yo al pensar en ti. Esperanza de que todo esto me suceda a tu lado.
Esta noche me has hecho sentir como pájaro en libertad. Mis alas se movían con vida propia y tu imagen era demasiado perfecta para evitar querer tenerte. Tus inocentes risas son mis provocadas lágrimas porque los obstáculos se derivan cada vez más pronunciados. Pero como decía nuestra canción; todo amor siempre debe ser verdadero, sin importar el resto y por suerte de esto hay mucho. Y, aunque las horas pasaron, no encontraba el momento de decir "adiós" simplemente porque tú aún seguías al otro lado. Por ello y mucho más te digo, que si hay algo que deseo, es que nuestros caminos al fin se mezclen.
La muerte se palpa en el ambiente. Un mal que pasa desapercibido para la mayoría de la gente pero que a mí, me daña con cualquier detalle de esas sanguijuelas que se hacen llamar personas. Un punto flaco donde no existe el aire, donde un sordo lamento cubre las almas, donde la oscura luz de la envidia, ha caído en el más indefenso de todos nosotros.
Hoy todo da vueltas, no se si es el tiempo, los exámenes o yo que sé qué. Las mañanas parecen oscuras y las tardes pesadillas. Toda intención de hacer algo de provecho se convierte en imposible. Cada movimiento tiene su impedimento y sólo tengo ganas de que todo esto acabe como sea. Hoy la situación ha podido conmigo, pero mañana todo será diferente. Despertaré comiéndome el mundo, todo serán sonrisas y alegrías, y este día nunca se volverá a repetir.
Algo que recome desde dentro, una cosa que quita la vida a quien la posee, que crea un vicio, un sin vivir, algo, que sólo tiene como fin el mal. Muchas veces llevado a cabo por las personas más cercanas, por aquellas en las que confiaste íntegramente y a quien abriste tantas veces tu corazón. Ahora son ellos los que te dan la espalda, mientras dejan pequeñas puñaladas en su camino. Heridas que se han abierto un hueco en mis sentimientos.
Hoy encontré esos dibujos que tan bien hacía de pequeño. Y es ahora cuando me doy cuenta, que aún me gustan. Los años pasarán pero en mi interior persiste la imaginación de ese niño, que es capaz de ver todo un mundo, en un simple garabato...
Amanece un nuevo día, sin embargo tu sonrisa ya no es la misma. Por más que lo intento no me dices nada. Reprimes tus quebrantos cuando debes exiliarlos. Espero ser algo más para ti, de lo que me estás haciendo sentir.
Eres tú; Luna, la que amaneces la noche con tu mágica aureola, mientras deslumbra entre nubes, la perla blanca de tu cara oscura.
jueves, 8 de marzo de 2012
Sin necesidad de conocerte, sería capaz de dar todo el tiempo que tengo por ti, y lo haría sin pensarlo, porque yo sé que lo utilizarías mejor, aunque no me creas lo haría.
Amanece buena mañana después de una noche de lluvia. Abro la agenda y me propongo leer lo que debo hacer este fin de semana. A mi memoria regresan mis pesados recuerdos. Me esperan en unos días exámenes de física y matemáticas.
Empiezo con matemáticas: parece difícil, pero con unos ejercicios, todos mis pensamientos serán positivos. Ahora física. Aquí, las fórmulas se entremezclan, muchos métodos debo utilizar y todas las letras parecen iguales. Después de buscar durante horas en internet, trucos y métodos, comprendo el tema.
Ya acabaron mis penumbras. Salgo a tomar un poco el Sol, mientras escucho el cantar de los gorriones. Mi tiempo parecía eterno, hasta que me topé con otro dilema.
Dicen que sólo unos pocos lo han planteado y aún nadie ha conseguido descifrarlo. Su nombre es amor, y a mi parecer, es la fórmula más difícil hecha hasta ahora por el hombre; porque en su resolución, no existe margen de error para llegar a alcanzar la solución.
Si pudiera ser parte de ti, elegiría ser tus lágrimas. Porque tus lágrimas son concebidas en tu corazón, nacen en tus ojos, viven en tus mejillas y mueren en tus labios para alcanzar tu profunda alegría.
Ahora toca volver a la estresante rutina de cada semana.
Levantarse temprano, es sólo el principio del suplicio a una mortal secuencia de repercusiones, que influirán notablemente en el ánimo, y sobretodo, en las ganas de seguir.
Pero todo cambiará, simplemente al realizar estas acciones, con las personas que aprecias, las personas que siempre te aportan la alegría de cada día, las personas que te apoyarán donde estés, con las que siempre podrás contar.
Tú
eres mi modo objetivo,
mientras que mis sentimientos
crean junto a ti el subjetivo.
Que me conozcas sería el regalo perfecto,
esperado durante meses en mis sueños.
En ellos, las emociones y los sentimientos,
dan paso a un amor sin freno.
Porque es eso lo que creo que padezco.
Es algo que enmudece mis labios
cuando quiero saludarte,
algo que dirige mis pasos
para no encontrarte,
algo que produce en mis ojos una nube
que impide ver tu rostro.
Algo, algo, algo, que no se puede escribir,
sólo sentir…